Nunca hubiera imaginado, que lo que fueron sólo imágenes en mi infancia, como parte de un libro que atesoré por mucho tiempo como uno de los mejores regalos recibidos, que esas imágenes de Mongolia, la estepa y el frío invierno allí, estuviera en los planes de Dios como un tiempo altamente fructífero, en nuestro servicio a Dios, casi 25 años después.
Ese libro que me llevaron de Cuba parecía un sueño, pero en los planes de Dios , en su providencia se convirtieron en realidad, excediendo lo que mi mente infantil en ese momento, pensaba que nunca podría ser posible.
Gracias a todos lo que soportaron para que Dios nos llevara hasta los confines…
No Comments